Rinitis en Otoño

Podría pensarse que el invierno es la estación en la que ocurren más enfermedades respiratorias debido a las bajas temperaturas, sin embargo, en otoño se dan otras complicaciones adicionales a los resfriados comunes y los brotes de influenza, característicos de diciembre y enero; una de las más frecuentes es la rinitis alérgica.

Lo que hace del otoño una temporada alta en la persistencia de esta enfermedad es que se reducen las horas de luz natural, las temperaturas bajan y la humedad en el ambiente aumenta.

Estos factores ambientales activan el sistema inmunológico de las personas con predisposición a esta enfermedad para reaccionar como si se tratara de una amenaza, lo cual se manifiesta en síntomas como:

  • Estornudos
  • Ojos llorosos
  • Flujo nasal
  • Picazón en la nariz

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2050 la mitad de la población mundial padecerá algún tipo de alergia y especialmente rinitis como una de las más frecuentes. Si bien esta enfermedad tiene un gran componente genético, otros factores que la desencadenan pueden ser condiciones de estilo de vida, cambio climático y mala calidad del aire, sobre todo en las grandes ciudades.

Especialistas de la salud respiratoria coinciden en que además de las condiciones ambientales de la temporada, el factor más importante para la manifestación de los síntomas está dentro de casa, debido a alérgenos biológicos causados principalmente por los ácaros del polvo, presentes en alfombras, colchones, almohadas, cojines o cortinas, entre otros textiles del hogar.

Dentro de estos alérgenos caseros, también están las esporas y hongos que entran a casa, el pelo de mascotas y el humo de cigarro. Para reducir sus efectos, los especialistas dan algunas recomendaciones útiles como:

  • Retirar alfombras y tapetes de la casa
  • Lavar frecuentemente la ropa de cama
  • Usar mantas de algodón y poliester
  • Reemplazar cortinas de tela por persianas sintéticas
  • Evitar acumular peluches en el caso de los niños.

Aunque la rinitis otoñal no es una enfermedad considerada riesgosa, su severidad se mide de acuerdo con la manera en que afecta la calidad de vida de quien la padece, especialmente en aspectos como la vida social, las actividades deportivas y al aire libre.

En cualquier nivel de gravedad de la enfermedad, siempre será el médico especialista, alergólogo u otorrinolaringólogo, quien, luego de evaluar el caso, determinará el tratamiento más conveniente para controlar los síntomas, pues esta es una enfermedad que no tiene cura.